miércoles, 18 de febrero de 2015

18F. Marchamos por la verdad, contra la impunidad



Este día 18 no será un día más en el calendario y menos aún en la historia de la República. Un 18, nuestro país sufrió el atentado más cobarde e inexplicable de la historia argentina y también es el día en que perdiera la vida un Fiscal de la Nación, por el solo hecho de hacer su trabajo. Investigar. Ese día se va a cumplir un mes de la muerte del fiscal Nisman y estaremos a poco de cumplir 21 años de que el atentado a la AMIA se mantenga impune.
El 18 de febrero voy a marchar, como ciudadano y como diputado de la Nación, junto a otros miles, quizás millones de argentinos que haremos silencio. Pero será un silencio ensordecedor que recorrerá las calles de cada uno de los rincones del país. El ritmo de nuestros corazones, el murmullo de nuestros pasos, nuestra respiración tranquila pero firme, gritará “basta de impunidad, queremos verdad y justicia, queremos vivir en paz”.

 Y aunque los detractores declamen que el silencio que haremos oír en toda la geografía nacional es porque nada tenemos para decir, les demostraremos que están equivocados. Que “el silencio es grito” cuando marchamos para defender las instituciones, la democracia, la justicia y la dignidad de un pueblo harto de corrupción, violencia y persecución.
 Pero también van a percibir que la ausencia de palabras, no es un espacio carente de ideas, discursos o acciones, sino que es el retumbar de valores morales que repudian que la República haya sido traicionada por quienes se erigieron por la voluntad popular.
 Justamente en nombre de esa decisión social, cívica y colectiva es que me sumo a esta convocatoria como hombre con derechos y obligaciones, con dignidad y con valores morales que están muy lejos de ser similares a quienes hoy conducen el país.
 Y en ese silencio del 18 de febrero, estará el grito de cada argentino cansado de no ser respetado como persona, de ver como se degradan los valores que les inculcamos a nuestros hijos.
 Particularmente, marcharé como uno más, mezclado con mis amigos, mi familia, mis comprovincianos. Sin buscar un lugar de privilegio ni la foto para los diarios, porque la paciencia cansada y la injusticia acumulada, no tienen un lugar determinado. Solo es necesario estar y hacer más fuerte el reclamo silencioso.

 Ocurre que este 18 de febrero hará un mes de un magnicidio, de la muerte aún impune de un fiscal de la Nación, pero también se cumplirán 247 meses de impunidad para los asesinos de 85 personas, nacidas en el país y que algunos profesaban la religión judía.
 Por eso, yo voy a la marcha de silencio en respetuoso homenaje al Fiscal Alberto Nisman a pedir “justicia y verdad”, pero también para que nunca más haya que ganar la calle para reclamar lo que nos pertenece como hombres y mujeres que habitamos el suelo argentino. 
Agustín Alberto PORTELA, Diputado de la Nación, UCR - CORRIENTES

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